Estas en el supermercado y tu hijo de 2-3 años quiere que le compres algo, vos decís que no y empieza el cachengue…gritos, llantos, alaridos, se tira al piso, la gente te mira y vos no sabes si matarlo o salir corriendo. Sí, tiene un berrinche.⠀
Empecemos por lo básico, NO LO HACE A PROPÓSITO. El berrinche no es el truco de una mente maquiavélica hecho para doblegar tus decisiones o arruinarte la vida. Eso es pensar que tu hijo es un adulto chiquito y no, no lo es. Es solo un niño.⠀
Su sistema nervioso está madurando, pero todavía no puede controlar estos desbordes emocionales que le generan sufrimiento y le resultan sumamente dolorosos e incómodos. El niño no “piensa” que así va a conseguir lo que quiere, de hecho, no piensa. Seguramente a todos nos ha pasado tener un “secuestro emocional”, es decir, tener una emoción (en general negativa como la ira)😡que nos desborda y no nos deja pensar. Bueno a tu hijo le está pasando lo mismo, hay una emoción no controlada que le impide actuar como siempre.⠀
Hoy ya sabemos tres cosas: Una, no lo hace a propósito. Dos, no puede evitarlo. Tres, cuando le pasa, sufre.
¿Entonces qué hacer? Primero nos tiene que importar cero lo que piensen los desconocidos que están alrededor. Segundo, debemos abrazarlo con cariño y paciencia. Lo sostenes, lo sacas del lugar del conflicto, le hablas al oído con todo tu amor🤗. Lentamente (a veces muuuuy lentamente) vas a ver como tu hijo comienza a dejar de ser el increíble Hulk para transformarse en el dulce niño que suele ser.⠀
No digo que sea fácil, solo digo que es imprescindible. Tu hijo no puede evitar lo que le está pasando, vos sí. Si él grita y vos le gritas, si él pega y vos le pegas, si él está desesperado y lo encerrás en penitencia, de verdad pensás que lo estas ayudando? ¿Qué estás educando con estas respuestas?⠀
Nunca olvidemos que nosotros somos los adultos y quienes no podemos perder el control. Ante una situación así, amar con todo el corazón siempre es la mejor respuesta, siempre