Las células madre tienen la capacidad de convertirse en diferentes tipos de células del cuerpo, de ahí su rol regenerativo. En los últimos años la medicina avanzó en el uso de este material genético; distintos estudios prometen su efectividad en tratamientos nuevos para enfermedades como la diabetes, patologías cardíacas y neurológicas.
Durante mucho tiempo la sangre del cordón umbilical fue desechada porque se desconocía su papel como fuente de células madre sanguíneas. Este material genético contiene una gran cantidad de estas células y su recolección y posterior criopreservación permite su uso para el tratamiento de diferentes enfermedades.
Las células madre son las que permiten generar células sanas para reemplazar a otras enfermas. Los primeros usos de la medicina fueron para tratar a niños con ciertas enfermedades sanguíneas y luego en adulto; el trasplante de médula ósea fue una de las primeras técnicas que mostró efectividad.
Con el transcurso del tiempo las células madre generaron un cambio de paradigma a nivel de la salud, ahora no solo se piensa en la curación, sino también en la regeneración.
«Hasta ahora la medicina era curativa: tenés una enfermedad y tratamos de curarla. Pero hoy la medicina pone foco en la terapia génica, en evitar que la enfermedad se desarrolle o en las medicinas regenerativas que es volver a un estadio de curación anterior inclusive al de la enfermedad», dijo a Sputnik Diego Fernández, pediatra hematólogo, presidente de Asociación de Bancos de Células Madre de Cordón Umbilical.
Esta capacidad en el caso de las células madre se observa en tratamientos para enfermedades onco-hematológicas y también en patologías inmunológicas, pero también existen estudios que muestran buenos resultados en patología que antes no se trataban, como son la diabetes, enfermedades cardíacas y neurológicas.
En distintos países se están realizando investigaciones que se encuentran en un estado avanzado, muchas de ellas en fase 1 y fase 2, etapas científicas que efectuaron pruebas en seres humanos.
«Esto está en prueba dentro de protocolos muy estrictos en humanos con resultados auspiciosos y que estimularon la investigación en personas enfermas», indicó el pediatra argentino.