Médicos españoles lograron reparar con una cirugía pionera, el área afectada por un ataque cardiovascular.
Es la primera vez en utilizarse un «parche» de células madre de cordón umbilical en un paciente que tuvo un infarto, logrando la regeneración del tejido del corazón. El hombre de 70 años, con el diagnóstico de insuficiencia cardíaca, tenía una parte necrosada (muerte del tejido) de 4 x 4 centímetros, similar al tamaño del bioimplante que le pusieron.
“La expectativa de vida era muy corta y con limitaciones en su día a día», cuenta en el diario El Mundo, Bayés-Genís, responsable del equipo de investigación en enfermedades cardiovasculares (ICREC) del Hospital Germans Trias (Barcelona-España), donde fue realizada la intervención. Según un comunicado del centro, el cambio del paciente tras el procedimiento fue radical: pasó de estar ahogado y no salir de la casa a ir a la consulta caminando sin ningún tipo de complicaciones.
En estas circunstancias, el corazón pierde fuerza para latir a causa de la muerte de las células del área lesionada, que dejaron de recibir sangre desde las arterias coronarias
Bayés-Genís afirmó que el hombre requería una “operación a pecho abierto para colocar bypass”, así que aprovecharon la cirugía y procedieron a la intervención como si fuera “un trasplante parcial de corazón». Los estudios posteriores a la cirugía comprobaron mediante una resonancia magnética que a los tres meses la cicatriz del corazón se había reducido un 10 por ciento.
PeriCord, es el nombre del implante que obtuvo a finales de 2018 el permiso de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) para su uso en humanos. Su desarrollo estuvo bajo el mando del Instituto de Bioingeniería de Catalunya (IBEC) y del Banco de Sangre y Tejidos (BST).
«La verdad que es una técnica muy novedosa que modifica la manera de incorporar las células madre al tejido dañado del corazón (miocardio infartado)», dice el doctor Hernán Provera (MN 112.732), médico cardiólogo de la unidad coronaria del Sanatorio Guemes y Miembro de la sociedad argentina de cardiología (SAC). «De confirmarse los buenos resultados en el tiempo, sería un procedimiento exitoso para reducir el tamaño del área infartada y así evitar en muchos casos su evolución hacia la insuficiencia cardíaca», opina el especialista.
¿En qué consiste el procedimiento?
Se inicia desechando células de un pericardio humano donado y en la matriz que queda se almacenan las células madre del cordón umbilical. Después de ocho horas, el parche está listo para ser incorporado al corazón del paciente.
Las células ingresadas, logran viajar directamente al tejido cardíaco y actúan sobre la zona dañada como consecuencia del infarto. Esto resulta ser un avance enorme ya que cuando las células se administraban mediante inyecciones en el propio miocardio o por vía intravenosa, éstas se morían antes de comprobarse beneficios o se dirigían hacia otros órganos diferentes.
Bayés-Genís asegura que las células madre tienen la capacidad de adaptarse a distintos tipos de células en el organismo y tienen propiedades inmunomoduladoras (anticuerpos) y antiinflamatorias. Esto significa que podrían combatir el cáncer, las infecciones u otras enfermedades.
El cardiólogo comentó que esta operación está bajo el contexto de un ensayo clínico. De no haberse podido realizar , hubieran recurrido al bypass para intentar hacer un puente y mejorar la circulación. “Si no hubiera funcionado, el afectado habría requerido asistencia ventricular mecánica y sería candidato a trasplante”, aseguró.
El proyecto que continúa en pie con el apoyo del departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña, el Instituto de Salud Carlos III y «la Caixa», tiene como objetivo realizar 12 operaciones con parches de células madre, y confirmar la capacidad reparadora en humanos. De esta manera, podría ponerse en foco las complicaciones comunes procedentes de este tipo de cicatrices, como la insuficiencia cardíaca.