Se trata de una práctica que gana cada vez más adeptos a nivel global y que se utiliza para el tratamiento de diversas lesiones deportivas, así como en casos de autismo o parálisis cerebral
Además de ser un evento lleno de emoción, el nacimiento de un bebé esconde un tesoro biológico de incalculable valor: las células madre del cordón umbilical. Estas tienen la capacidad única de dividirse y transformarse en elementos cruciales para el tratamiento de más de 85 enfermedades de la sangre y promete un futuro lleno de nuevas aplicaciones médicas.Asimismo, cada vez hay más evidencia científica que sustenta el beneficio en personas con lesiones deportivas, autismo o parálisis cerebral, entre otras condiciones. Por eso, muchos especialistas recomiendan esto como una medida preventiva de salud.
El potencial terapéutico no solo se limita al recién nacido, sino que también pueden ser compatibles para sus familiares. “La medicina regenerativa de hoy y del futuro ofrece un potencial enorme en el tratamiento de diversas enfermedades”, asegura el doctor Pablo Agustín Bibiloni (MN 116.292), pediatra, neonatólogo y miembro del Comité Lactancia del Hospital Gutiérrez de La Plata.
Otro elemento que resalta el profesional consiste en que esta práctica no interfiere en el proceso natural del parto. De hecho, no se necesita el clampeo inmediato del cordón umbilical, sino que es posible obtener y almacenar las células de la placenta.
Una tendencia que crece a partir de decisiones informadas
Las cifras respaldan el optimismo sobre el presente y futuro de la medicina regenerativa. Según datos del CBR, uno de los bancos de células madre más grande del mundo, se han realizado más de 40.000 trasplantes con sangre del cordón umbilical y más del 80% de las muestras se utilizan en terapias regenerativas.
Asimismo, por las investigaciones en desarrollo y las nuevas oportunidades de tratamiento, se estima que en los próximos diez años su utilización se aumentará 20 veces: la estadística pasará de un paciente entre 2500 a uno cada 70.
Cabe destacar que se trata de una gran herramienta para aplicar en el campo de la medicina deportiva. “Las células madre mesenquimales derivadas del cordón umbilical siguen ganando popularidad para su uso en el ámbito clínico debido a su capacidad de estimular la cicatrización de los tejidos y a modular los procesos inflamatorios”, indica el doctor Luciano Rossi (MN 29391), traumatólogo y especialista en ortopedia del Hospital Italiano.
Una decisión que permite transformar vidas
Los beneficios que trae esta decisión son palpables tanto en el presente como en el futuro y por eso hay cada vez más adeptos entre los padres. Un caso es el de la doctora Romina Dini (MN 119.228), pediatra del Hospital Británico de Buenos Aires, quien optó por esta práctica para sus hijos.
“Era algo que veníamos hablando con el papá y comenzamos a investigar; saber que se puede utilizar para el tratamiento de más de 85 enfermedades nos alentó a hacerlo con la mayor. Con el menor, conservamos las células del tejido del cordón umbilical además de las de la sangre. Como mamá y médica, contar con ese respaldo me da muchísima tranquilidad”, confiesa.
Las historias de familias que han optado por esta práctica son testimonio de su impacto positivo, como revela Mirna, una mujer correntina sobre el caso de su hijo Juan Antonio, quien nació con parálisis cerebral: “Su vida mejoró muchísimo: aumentó la cantidad de palabras y demostró estar totalmente conectado cognitivamente; gracias a la demostración de su evolución y cambios, pudo empezar primer grado en un colegio inclusivo e integrador y le va muy bien”.
Los resultados de esta práctica no solo son destacados por docentes y especialistas. Influencers como Alma Giuliano desde hace más de 17 años tiene guardadas las células madre de su cordón y transmite como esta decisión la acompaña a lo largo de su vida: utiliza su plataforma para concientizar a sus seguidores sobre este tema crucial.